Carta del director nacional a las familias usuarias del CAID
Esta madrugada, acudí al hábito entrenado con los jesuitas, de presentarme indigno, pero llamado ante la mirada de Dios y poner todos los medios para disponerme a mirar con Él y desde su incomprensible misericordia el camino que por delante se abre al despuntar el alba.