Palabras del padre Jorge William Hernández, presidente del Consejo Directivo del CAID, durante el taller de evaluación del marco estratégico institucional

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Muy buenos días,
Señores y señoras miembros del Consejo Directivo del CAID aquí presentes, Director Nacional, directores médicos, directivos de la Red, amigos y amigas todos y todas,

Abordaré tres puntos en estas palabras de bienvenida e introducción a este taller que forma parte del proceso de formulación del primer plan estratégico institucional del CAID. Primero, haré uso de la reflexión sapiencial para referirme a este momento como un “tiempo de crear”. Segundo, tocaré algunos aspectos específicos de la recreación del CAID como institución pública. Tercero, asumiré el protocolo de darles la bienvenida con una exhortación final.

1. Tiempo de crear.

Este es un espacio privilegiado en el que cada uno de nosotros ha hecho un tiempo para encontrarnos, compartir y tener la posibilidad de aportar desde nuestro ser y quehacer a la creación del horizonte al que juntos queremos mirar.

La sabiduría nos recuerda que esta “mirada larga de centinelas” que queremos poner en el futuro, tiene que ir acompañada de una “mirada corta de orfebres, para apreciar, amar y dar calor a lo más diminuto de cada jornada”, con la certeza de que ese horizonte al que nos dirigimos ya está presente en lo cotidiano y lo pequeño, “de la misma manera que la espiga de trigo ya está dentro de cada pequeño grano que se siembra”1.

Esta dinámica de crear, ya saben ustedes, no está exenta de tensiones opuestas y contradictorias, provocadas por polaridades que surgen de la realidad personal, institucional y cultural. El reto no está en librarse de ellas, sino vivirlas en un diálogo integrador “aprovechando precisamente esos dinamismos opuestos”2.

Como la parábola que escribió mi compañero jesuita Benjamín3:

El reino de Dios se parece a los dos remos de una barca.

A veces los dos remos trabajan juntos, al unísono, bien sincronizados, y la barca avanza rápido, en línea recta.

A veces es necesario girar en una dirección, y un remo se hunde fijo en el agua mientras el otro hace casi todo el trabajo,

y en otras ocasiones un remo se mueve en un sentido y el otro se mueve en dirección contraria para realizar el giro completo.

Sin la tensión coordinada de los dos remos no se puede crear una ruta propia sobre el mar sin caminos hechos.

 

2. Recreación institucional del CAID

Para abordar el segundo punto, sigo el hilo de la siguiente interrogante:

2.1 ¿Cómo asumió el CAID la presente administración gubernamental del Presidente Luis
Abinader?

Encontramos las respuestas explícitas, precisamente en lo que el Presidente consideró al emitir el decreto 170-21 que recrea al CAID, específicamente en los considerandos 1, 4 y 9; que destaco
de la siguiente manera:

Primero, reconoce el “éxito alcanzado por este proyecto” hasta el momento4. En lo personal, soy testigo del cuidado que han tenido tanto su persona como la primera dama, Raquel Arbaje. Esta actitud nos invita a discernir lo bueno y acogerlo sin prejuicios por el bien de los demás.

Segundo, lo eleva a “una de las prioridades del Estado Dominicano”5; a un compromiso de  Estado, que no está sujeto a quién le toca dirigir los destinos de la nación en un momento dado.

Tercero, subraya el rol del Estado en “la protección efectiva de los derechos de la persona y el
respeto de su dignidad” y su misión de poner medios que permitan a las personas crecer “de
forma igualitaria, equitativa y progresiva”6.

Así, el Presidente nos da la tarea histórica de institucionalizar al CAID.

2.2 ¿Por dónde empezamos?

Pues bien, el mismo Presidente es quien da el primer paso con la disolución del Despacho de la Primera Dama, transfiriendo al CAID al Ministerio de Salud, cumpliendo con la Ley Orgánica de la Administración Pública 247-12, cuando señala que (cito):

“los entes y órganos que conforman la Administración Pública deben ser concebidos y diseñados atendiendo a criterios de racionalidad y coherencia en la definición y organización de los servicios públicos”7.

Así, el CAID se comienza a ordenar bajo “un enfoque sectorial”8 en el Ministerio de Salud como parte natural y orgánica del sistema de salud y cuidado de la Red-pública.

Este ordenamiento queda mejor definido en el primer artículo del decreto que recrea al CAID, cuando establece que se constituya en “un órgano desconcentrado, tanto funcional como territorialmente, adscrito al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MISPAS)”,9.

De las múltiples implicaciones que tiene esta redefinición, quisiera subrayar tres (3) aspectos por
considerarlas de importancia en este proceso de construcción de identidad que nos invita la
formulación del PEI:

Primero, el CAID se convierte en una unidad administrativa habilitada a ejercer en nombre del
ministerio de salud el conjunto de competencias que posee, y las nuevas que le atribuye el
decreto 170-21, con el propósito de mantener su especialización y calidad en la prestación de los
servicios y, sobre todo, la cercanía a los usuarios10.

Segundo, el presupuesto que maneja el CAID pasa a ser transparentado por primera vez, ya que tiene que ser incluido por ley “en el presupuesto del órgano o ente del que forma parte” 11, en este caso del Ministerio de Salud, y como unidad ejecutora tiene que rendir cuentas. Y este es un paso gigantesco.

Tercero, el CAID pasa a ser encabezado por un Consejo Directivo, con la misión de “establecer las normas administrativas, técnicas y económicas para su funcionamiento” 12 y con la “potestad exclusiva” de “la evaluación, contratación y desvinculación de todo el personal”.

El Presidente otorgó al Consejo esta última potestad, con miras a preservar en lo adelante al personal especializado para que esté menos sujeto a los períodos políticos, razón por la cual nos ha permitido conservar al 95% del personal de toda la Red-CAID13.

2.3 ¿Por dónde seguimos?

Esa respuesta nos toca a todos nosotros marchar en su búsqueda y hacerla realidad.

Es oportuno seguir abriendo caminos en la formación técnica de alto nivel para el personal, ocuparse en su cuidado y continuar corrigiendo la enorme distorsión encontrada en los salarios que, en algunos casos, ha sido de un 45% por debajo en terapeutas y hasta un 95% por debajo en auxiliares de cita, por poner dos ejemplos. Ya sólo nos resta un 40% por ajuste salarial, de todo
el personal de la red.

Sin duda alguna, tendríamos que preguntarnos por la idoneidad de la puesta en marcha de un nuevo modelo de atención y servicios que nos permita darle la oportunidad a un mayor número de familias de contar con nuestras evaluaciones y diagnósticos, así como de la formación y acompañamiento que ofrecemos.

Convendría seguir explorando las vías de aprovechar otros turnos de servicios más allá de los días y horarios habituales; acercarnos a los territorios con las intervenciones terapéuticas que ofrecemos y materializar la articulación en red con el mapeo nacional que empezamos.

Debemos pronto poder gozar, de una vez y por todas, de un sistema integrado y robusto de información, incluso en línea; y evaluar los servicios que podrían obtener las familias por esa misma vía.

Por otro lado, continuar el camino de ampliación de la captación de fondos por medios propios para aportar significativamente a nuestra sostenibilidad.

Además, nos toca ahora poner los medios para crecer en nuestra comunicación interna y saber comunicar hacia afuera lo mucho y bien que hacemos con el compromiso y la excelencia inigualable de un personal entregado.

3. Bienvenida

Finalmente, les doy la más entrañable bienvenida a ser parte de este proceso de construcción colectiva, animándolos a profundizar la mirada en la provisión de servicios desde la perspectiva de los derechos de los niños y niñas; y no quedar atrapados en los enfoques del mero cumplimiento de la productividad en términos de cantidades de atenciones ni desde la perspectiva de una seudo-compasión asistencialista o paternalista.


Dios nos bendiga y anime con el don de la sabiduría y el discernimiento para el bien de los demás y su mayor gloria.

 

P. Jorge Willian Hernández Díaz, sj.
Presidente del Consejo Directivo.

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Palabras de bienvenida e introducción al taller de formulación del Primer Plan Estratégico Institucional del CAID el lunes 23 de enero de 2023.

1 González Buelta, Benjamín, sj (2009). Tiempo de crear: polaridades evangélicas. España: Sal Terrae, p.30.
2 Op.cit., p.24.
3 Op.cit., p.25.
4 9no. Considerando, decreto No. 170-21 que “recrea” al CAID, del 16 de marzo de 2021.
5 4to. Considerando, ídem.
6 1er. Considerando, ídem.
7 Considerando séptimo de la Ley Orgánica de la Administración Pública, 247-12, del 14 agosto del 2012 (en lo
adelante Ley 247-12); subrayados míos.
8 Art. 11, Sección I, Cap. III, del decreto No. 252-15 que establece el Reglamento General de la Administración
Pública en aplicación de la Ley 247-12.
9 Art. 1, del Decreto 170-21.
10 Ver artículo 70, Capítulo III, Título III, de la Ley 247-12. Ver, además, el art. 6, Capítulo I, Título I, de la Ley 247-12;
y el Párrafo III, Art. 10, Sección I, Cap. III, del Decreto 252-15;
11 Artículo 72, Capítulo III, Título III, de la Ley 247-12.
12 Arículo 2, Derecto 170-21.
13 A la fecha, sólo el 5% de todo el personal de la red CAID ha sido desvinculado, léase 21 personas de 465